Cirrosis

Dr. Amilcar Alfaro | Cirujano de Hígado, Páncreas y Vías Biliares

Cirrosis

Dr. Amilcar Alfaro | Cirujano de Hígado, Páncreas y Vías Biliares

La cirrosis hepática o cirrosis del hígado es una enfermedad caracterizada por la formación de tejido cicatricial en el hígado (fibrosis). Como consecuencia, las funciones del hígado comienzan a disminuir, ya que el tejido cicatricial afecta el flujo sanguíneo y la capacidad del hígado para procesar, por ejemplo, drogas, hormonas, toxinas naturales; a la vez que afecta la producción de proteínas y otras sustancias.

Se trata de una enfermedad que progresa lentamente y aunque no tiene cura, existen varias opciones para proporcionar una progresión más lenta de sus complicaciones.

Puede ser originada por varios factores, por lo general, las infecciones virales a largo plazo como la hepatitis B y C , así como la diabetes y el abuso del consumo de alcohol, que causan un hígado graso. Esencialmente, cualquier condición o factor que origine daño al hígado puede provocar cirrosis, así como enfermedades hereditarias o autoinmunes.

Un examen físico puede determinar cómo se siente el hígado, ya que un hígado cirrótico puede mostrar una forma irregular en el lugar de suave. Se puede usar una tomografía computarizada o una ecografía para ver el hígado, así como una biopsia (una muestra de tejido hepático) para confirmar. A través de análisis de sangre, también se pueden diagnosticar enfermedades hepáticas.

  • Fatiga.
  • Fiebre.
  • Fluctuaciones repentinas de peso.
  • Ictericia.
  • Heces con sangre y / o de color claro.
  • Pérdida de apetito.
  • Estado de confusión mental.
  • Retención de líquido, un signo temprano que produce inflamación de tobillos, piernas o ascitis (retención de líquido en el abdomen).

Aunque no existe cura para esta enfermedad, el tratamiento puede retrasar su progresión al reducir las complicaciones. Los utilizados se dirigen específicamente a los síntomas de la cirrosis hepática, también se emplean fármacos para tratar otras afecciones que pueden estar causando la cirrosis en primer lugar.

Por su parte, el exceso de líquido y el edema, generalmente se trata con diuréticos; mientras que para la ascitis se recomienda una dieta baja en sal, además, en ocasiones, puede requerir un procedimiento médico para el drenaje del exceso de líquido abdominal.

En este orden de ideas es importante explicar que la cirrosis puede causar complicaciones en etapas avanzadas de la enfermedad, como el estado mental confuso (causar por el exceso de toxinas que el hígado no procesa correctamente y puede conducir al coma). Los medicamentos utilizados para tratar el estado mental confuso incluyen laxantes, los cuales suelen recetarse con el objetivo de que se absorban las toxinas, así como otros medicamentos y una dieta específica.

El sangrado por várices (principalmente en el esófago) también puede ser una complicación, pues la vena que va desde los órganos digestivos al hígado se agranda debido a un aumento de la tensión. Esto ocurre porque la cirrosis puede causar un bloqueo del flujo sanguíneo generalmente, lo que lleva a un agrandamiento de esta vena, posiblemente causando sangrado.

Además, la cirrosis puede conducir a diabetes, insuficiencia renal, pérdida de masa muscular y mayor riesgo de infección. Cabe mencionar que si el consumo de alcohol es parte de la causa, debe suspenderse como parte del tratamiento. Igualmente es importante puntualizar que un trasplante de hígado es la última opción, si los medicamentos dejan de mejorar los síntomas y las complicaciones causadas por la cirrosis hepática.

El Dr. Amilcar Alfaro es Cirujano Hepatopancreatobiliar Endoscopista en la Ciudad de Managua y especialista en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades gastrointestinales.

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Clínica Plaza España.
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